Boada leyó algunos de los textos contenidos en sus libros publicados por Editorial El Conejo. Como el agua y la arena, Traslúcido y Solitario transeúnte. Guzmán retomó varias lecturas como la de Camus en El hombre rebelde.
Carla Badillo recibió grandes aplausos como cuando presentó uno de sus poema, Sarah Kane, con una fuerza expresiva alucinante.
Sarah Kane:
De qué soga te sujetas ahora, Sarah Kane,
Cuando los nudos son cada vez más frágiles
Y la distancia entre el techo y el piso
No es lo que solía ser.
Oh, Sarah,
Me he enamorado sólo de mujeres muertas
Y ahora te encuentro a ti
Fría y pálida sin poder gritar aunque quisieras
Sé que te hace falta estallar desde el polvo
Frenética
Sensual
Psicótica
Pero tu voz se quedó colgada
A las 4 y 48 de la madrugada
En un lugar en el que “estarías a salvo”
MENTIRA
Ningún territorio es seguro
Cuando la desesperación visita
Y yo no estuve ahí para detenerte
Para decirte: aún no es tiempo de saltar.
Hoy te vi, Sarah,
Preciosa con tu gabardina de humana
Poética en tu oscuridad
Y te canté para que no te sintieras sola
Nuevamente abandonada
Por todos quienes te veían luminosa
Cuando te desangrabas por dentro.
Dónde estás, Sarah Kane,
Yo no tengo amigas y necesito una
Pero te quiero a ti
Tú que siempre violaste las palabras con ternura
Que no hiciste de las metáforas un disfraz.
Hace frío, Sarah,
Y ya no tengo nada que me abrigue
La desesperación me visita
Pero aquí no son las 4 y 48
Ni estoy en el baño de un psiquiátrico
Ahorcándome con los cordones de mis zapatos
NO
aquí son las 22 con 30
Y estoy en mi cuarto
Sin zapatos
Sola
Iniciándome en el ritual del litio
Para no ser más una marioneta a pedazos.
Yo también, Sarah Kane,
Escribo la verdad
Y me mata.
Carla Badillo Coronado